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PENSAMIENTOS INTRUSIVOS

Descubrí de qué se tratan.

Nuestro cerebro no para: continuamente se le cruzan ideas, pensamientos y emociones. Es algo habitual y diario. Sin embargo, hay algunas cuestiones que nos preocupan y ocupan más. En esa línea están los denominados pensamientos intrusivos, pero ¿Qué son los pensamientos intrusivos? Según explica la licenciada Delfina Ailán, miembro del Departamento de Psicoterapia Cognitiva de Ineco, los pensamientos intrusivos son ideas, imágenes o impulsos que surgen de manera automática, sin que los busquemos. Suelen ser repetitivos y difíciles de controlar. Son comunes en la población general y la mayoría del tiempo solemos manejarlos adecuadamente.

¿Qué provoca los pensamientos intrusivos? ¿A qué se deben? “Surgen porque el cerebro está constantemente generando pensamientos, y algunos pueden llamar más nuestra atención debido a la ansiedad, el estrés o ciertas creencias sobre su significado. En la mayoría de los casos, estos pensamientos son pasajeros y no afectan nuestro bienestar. Sin embargo, pueden volverse problemáticos si los interpretamos como peligrosos, inaceptables o como una señal de que algo malo ocurrirá”, detalla Ailán.


CUÁNDO ESTAR ALERTAS

Como explica la especialista, los pensamientos intrusivos pueden generar malestar cuando son muy frecuentes y causan ansiedad o angustia, cuando nos hacen sentir culpables o avergonzados y cuando nos llevan a evitaciones o rituales para intentar controlarlos.

En algunos casos, pueden formar parte del Trastorno Obsesivo-Compulsivo (TOC). La persona percibe sus pensamientos intrusivos como inaceptables o peligrosos y siente la necesidad de neutralizarlos con rituales o conductas evitativas. Por ejemplo, una persona con TOC puede pensar que si no toca un objeto un número determinado de veces, algo malo ocurrirá”, explica Ailán.

¿Cómo manejarlos? ¿Qué podemos hacer para que no afecten nuestra calidad de vida? según explica Ailán, desde la psicología cognitivo-conductual existen formas efectivas de abordar los pensamientos intrusivos. En primer lugar, aceptar que estos pensamientos son normales y que todo intento de evitarlos o suprimirlos hará que regresen con más fuerza. En segundo lugar, podemos cuestionar su significado: reconocer que tener un pensamiento no significa automáticamente que sea real o que debamos actuar en base a él. La mente genera ideas constantemente, muchas sin sentido o relevancia. Por eso, es clave la noción de observar los pensamientos y apoyarse en técnicas como la atención plena o el mindfulness. Estas nos pueden ayudar a pensarlos como nubes que pasan por el cielo y que aparecen, pero a los cuales no tenemos que aferrarnos. Por supuesto, buscar ayuda profesional si estos pensamientos generan malestar o interfieren con la vida diaria. En particular para el TOC, la Terapia de Exposición con Prevención de Respuesta es el tratamiento más eficaz.


PENSAMIENTOS INTRUSIVOS VS. PREOCUPACIONES DIARIAS

Como dijimos al comienzo, no todos los pensamientos que tenemos a diario son intrusivos. ¿Cómo diferenciar pensamientos intrusivos de preocupaciones?Las preocupaciones cotidianas suelen estar relacionadas con problemas reales y concretos. Podemos encontrar soluciones o tomar medidas para resolverlas. En cambio, los pensamientos intrusivos aparecen de manera involuntaria, pueden parecer extraños o irracionales y, muchas veces, generan angustia. Un ejemplo común es pensar mientras manejamos: “¿y si giro el volante y choco?”. Este pensamiento por sí solo no significa que queramos hacerlo. Sin embargo, si lo interpretamos como una señal de que estamos perdiendo el control, puede generarnos ansiedad”, concluye la especialista.

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