El mundo del marketing siempre nos sorprende con nuevos términos que se instalan con tanta fuerza que empiezan a tener entidad propia y se convierten en palabras usadas a diario. En los últimos tiempos leemos mucho el término “benchmarking” en diferentes publicaciones, cursos y, por supuesto, en la red. Solo basta con tipear la palabra en algún buscador y una catarata de resultados aparecerán. Pero ¿Sabemos qué esconde esta palabra y cómo puede ayudarnos en nuestras empresas? Según explica María Laura Cornejo, experta aliada de Identidad Argentina y especialista en Marketing para Franquicias, benchmarking es una técnica de marketing o una herramienta de gestión que consiste en monitorear lo que hacen los competidores u otras empresas o industrias que tienen buenos resultados y en base a esa evaluación aplicar estrategias o acciones que tienden a la mejora de sus indicadores o de sus resultados. “No se basa únicamente en copiar sino en aprender a partir de lo que realizan otras empresas, de sus buenas prácticas. Y también tomar referentes dentro de una actividad que puede ser dentro de nuestro mismo rubro o no. En síntesis, el Benchmarking sirve para comparar empresas entre sí, para ser más eficaces, eficientes, para ser líderes. Al compararnos con competidores o referentes de la misma industria u otros sectores podemos tener un aprendizaje constante”, argumenta.
UN CONTEXTO QUE LO PERMITE
Hoy en día el mundo digital nos permite acceder a mucha de esta “información valiosa” de la competencia o de referentes. Hay mucha información disponible: se puede ver desde la imagen en las redes sociales, pasando por el lenguaje que utilizan, hasta en la tienda online qué productos ofrecen y con qué características. “Incluso para información más específica o avanzada hay plataformas que nos permiten ver el mix de productos que comercializa cada empresa competidora en internet o ver qué han vendido, cuál es su quiebre de stock y toda su propuesta comercial … y de ahí podemos ir tomando información para ir aplicando esta técnica”, explica.
Entre los objetivos que nos trae aplicar benchmarking, la especialista enumera 5:
- Ampliar el conocimiento de la empresa y el sector en la que opera
- Conocer las áreas o aspectos que se tienen que mejorar
- Reducir costos
- Mejorar los resultados
- Aplicar nuevas estrategias
Estos objetivos se conseguirán luego de un proceso detallado de trabajo que incluye diferentes etapas: Planificar, Investigar y recolectar datos, analizar toda la información y compararla; crear estrategias y planes de acción y, por último, hacer seguimiento del plan y resultados.
Con respecto a cuáles son las situaciones en las que conviene aplicarlo, Cornejo asegura que es para cuando alguna empresa quiere convertirse en líder u optimizar o mejorar sus resultados. A veces, por ejemplo, necesitamos mejorar un área específica de nuestra empresa. Ahí podemos ver lo que hace la competencia o también hacer benchmarking interno con áreas que funcionen bien de nuestras empresas para tomar técnicas o mejoras que puedan servir. Debemos tener en claro nuestro objetivo y ver qué benchmarking aplicar.
TIPOS DE BENCHMARKING
– Benchmarking funcional (genérico). Compara empresas competidoras o que no lo son, que se destacan por su eficiencia, éxito o efectividad.
– Benchmarking competitivo. Cuando se utiliza información de los competidores acerca de los productos, procesos y resultados comerciales para compararlos con los de nuestra empresa.
– Benchmarking interno. Compara las mejores prácticas dentro de una misma empresa; compara áreas de la empresa o unidades de negocios para poder aplicar en otras áreas.
Como explicamos, mirar lo que los otros hacen bien siempre resulta un buen camino. Aprender del éxito, es ser más exitoso.